
Porque desde la primera vez que uno pone un pie en la vereda del Monumental no puede imaginarse la vida sin la banda. Gracias a Dios existe River.
Porque saben que este sentimiento por ningún otro color se cambia.
Porque damos todo nuestro aliento y vivimos repletos de glorias y hazañas.
Soy de River y no me arrepiento, aunque no pueda ganar mañana.
Soy de River, ¿qué
más me hace falta? Como mi viejo y mi abuelo, soy de River y ellos me
acompañan.
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